Un edema pulmonar puede deberse a una velocidad de infusión excesiva, especialmente en los ancianos. En tales casos, la velocidad de transfusión debe reducirse o interrumpirse, y el paciente debe recibir diuréticos.
El edema pulmonar también puede ser de origen no cardíaco. En este caso, se asocia con
- anticuerpos en la sangre del donante contra los glóbulos blancos del receptor - los agregados quedan atrapados en el pulmón; o bien
- anticuerpos en la sangre del receptor contra los leucocitos transfundidos.
El edema pulmonar puede ser potencialmente mortal. El tratamiento incluye asistencia respiratoria, diuréticos y dosis altas de esteroides.
La prevención consiste en utilizar sangre de la que se hayan filtrado los leucocitos.
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