El trasplante autólogo de médula ósea consiste en utilizar la médula del propio paciente para restaurar la función hematopoyética. Las células madre hematopoyéticas reinfundidas pueden proceder de la:
- médula ósea
- sangre periférica, obtenida tras la quimioterapia y/o el uso de factores de crecimiento como el factor estimulante de colonias de granulocitos.
Las principales ventajas del trasplante autólogo es que puede utilizarse en pacientes de edad avanzada -hasta 60-70 años- y no existe riesgo de enfermedad injerto contra huésped. También es útil cuando no se puede encontrar un donante alogénico estrechamente emparejado y en el tratamiento del mieloma generalizado en pacientes jóvenes y en buena forma física.
La médula ósea extraída se almacena en nitrógeno líquido. A continuación, el paciente se somete a quimio y/o radioterapia intensiva antes de que se le reinfunda la médula.
La médula puede tratarse in vitro con anticuerpos monoclonales para eliminar las células malignas antes de la reinfusión.
Las principales complicaciones son
- neumonitis durante las tres o cuatro primeras semanas tras el trasplante, asociada a un aumento de la hemorragia, pero sin causa identificable
- enfermedad venooclusiva hepática
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