La extracción de hematíes por venesección es la forma más rápida de reducir la masa de hematíes; el volumen y la frecuencia deben adaptarse a cada persona y pueden utilizarse para controlar los niveles de hemotocrito (Hct). El objetivo es mantener los niveles de hemotocrito por debajo de 0,45 (1).
El volumen y la frecuencia deben adaptarse al tamaño de la persona y a sus comorbilidades (1). En adultos jóvenes y en forma, pueden extraerse hasta 450 ml a intervalos de 2-3 días. En pacientes de más edad, se recomiendan volúmenes más pequeños a intervalos menos frecuentes.
Si la depleción de volumen es una preocupación importante, puede realizarse un procedimiento isovolaémico: se administra un volumen equivalente de solución cristaloide para sustituir el volumen de sangre total extraído.
La viscosidad de la sangre puede dificultar la venesección debido a la coagulación repetida, incluso con una aguja de calibre ancho. Las alternativas incluyen un paquete de venesección con anticoagulante citratado o infusión IV de heparina.
Referencias:
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