En estudios realizados en Londres se ha demostrado que el riesgo de contraer el VIH que corren las prostitutas (trabajadoras del sexo) no se debe a las relaciones comerciales en las que participan -durante las cuales utilizan métodos anticonceptivos de barrera-, sino a sus relaciones no comerciales, durante las cuales es mucho menos probable que utilicen métodos anticonceptivos de barrera.
Al mismo tiempo, un documento relacionado concluyó que no se podía suponer que las parejas masculinas de las prostitutas estuvieran en situación de riesgo si ésta era su única actividad de riesgo.
Las pruebas de los estudios han demostrado que la prevalencia del VIH en las PFS inglesas es la misma que la de otras mujeres que acuden a las clínicas de GUM.
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