En el niño que claramente se ha recuperado por completo de los efectos de la convulsión -es decir, está contento, sonríe y coopera- y existe una causa clara para la pirexia, no es necesario seguir investigando.
Si el niño aún no se ha recuperado, es necesario excluir causas más graves de convulsiones como:
- meningitis
- la punción lumbar (PL) rutinaria no está indicada, ya que la incidencia de meningitis bacteriana es baja en niños con convulsiones febriles (1)
- la Academia Americana de Pediatría (AAP) recomienda que
- La PL debe realizarse en cualquier niño que presente convulsiones y fiebre y tenga signos y síntomas meníngeos o en cualquier niño cuya historia y exploración sugieran la presencia de meningitis o infección intracraneal.
- La punción lumbar es una opción en
- cualquier lactante de entre 6 y 12 meses de edad que presente convulsiones y fiebre y esté subinmunizado o su estado de vacunación sea dudoso
- en niños que presenten convulsiones y fiebre y estén sobretratados con antibióticos (2)
- infección urinaria
- análisis de orina y urocultivo especialmente si no se puede identificar una fuente de infección
Una vez excluidas las infecciones del sistema nervioso central, las investigaciones deben dirigirse a identificar otras causas de fiebre:
- los electrolitos séricos, el calcio, el fósforo, el magnesio, o la glucosa en sangre o el recuento completo de células sanguíneas no deben realizarse de forma rutinaria para identificar la causa de la convulsión febril
- las investigaciones realizadas en un niño febril pueden consultarse en la guía del National Institute for Health and Care Excellence (NICE) sobre "fiebre en menores de 5 años: evaluación y tratamiento inicial"
El electroencefalograma y la neuroimagen tienen un valor limitado en las convulsiones febriles simples y no tienen ningún valor diagnóstico o pronóstico adicional.
- El EEG sólo está indicado si hay convulsiones repetidas durante un periodo de tiempo, o una sola convulsión fue inusual, por ejemplo si hay una anomalía neurológica resultante persistente, o la convulsión duró más de 20 minutos. En este caso, el diagnóstico de convulsión febril es dudoso.
- La neuroimagen debe considerarse en las siguientes situaciones
- pacientes con déficits neurológicos postictales prolongados
- en convulsiones febriles complejas recurrentes
- niños con trastornos del desarrollo o con signos de un síndrome neurocutáneo (1)
Referencia: