La evaluación precisa del estado de deshidratación sigue siendo un paso crucial en el tratamiento de la diarrea (1). La subestimación de la deficiencia de líquidos puede provocar acidosis, alteraciones electrolíticas, lesión renal aguda o incluso la muerte, mientras que la sobreestimación puede causar intervenciones innecesarias, estancias hospitalarias más prolongadas y un aumento de los acontecimientos adversos en los niños (1).
Las siguientes escalas se utilizan habitualmente para estimar el estado de deshidratación a partir de los signos clínicos:
Cada escala también predice un rango ligeramente diferente para el porcentaje de pérdida de volumen (1).
Nota:
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