Se trata de una proteína de fase aguda, normalmente presente en el plasma en una concentración inferior a 5 mg/l.
La PCR aumenta en prácticamente todas las afecciones asociadas a daño tisular y puede duplicar su concentración cada 6 horas. Su nombre se debe a su capacidad para reaccionar con el polisacárido C del Streptococcus pneumoniae, pero también puede unirse a la cromatina en complejos ADN-histona nucleares. Una vez unida, es capaz de activar la vía clásica del complemento.
La PCR es mejor que la VSG para monitorizar cambios rápidos, ya que no depende de los niveles de fibrinógeno o inmunoglobulinas, y no se ve afectada por el número y la forma de los hematíes.
Entre los usos de la PCR se incluyen
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