El periodo de incubación es de una media de entre 7 y 10 días (intervalo de 5 a 21 días) y el periodo infeccioso es de 21 días tras la aparición de los síntomas (1).
La tos ferina clásica (grave), según la definición de la Organización Mundial de la Salud (OMS), consiste en al menos 21 días de tos con paroxismos, chillidos asociados o vómitos postosferínicos y confirmación del cultivo (1).
El curso clínico de la tos ferina puede dividirse en 3 fases (2):
Entre los espasmos de tos, el niño suele estar perfectamente, lo que puede ocultar el diagnóstico a menos que se preste mucha atención a la anamnesis. No hay ruidos torácicos añadidos.
Los paroxismos de tos pueden provocar un aumento de la presión intratorácica y una reducción del retorno venoso al corazón. El aumento de la presión capilar puede provocar la rotura de los capilares, especialmente alrededor de los ojos, causando petequias y a veces hematomas.
Los paroxismos suelen reaparecer con infecciones respiratorias posteriores durante muchos meses tras el inicio de la tos ferina (2).
Referencias:
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