El tratamiento viene determinado por la causa; por ejemplo, en las causas no neurogénicas, el tratamiento se dirige a sustituir el déficit fisiopatológico (por ejemplo, reposición del volumen intravascular en hemorragias digestivas crónicas o tratamiento de la enfermedad de Addison).
El tratamiento de la hipotensión ortostática neurogénica es menos sencillo e implica el tratamiento del trastorno subyacente y la mejora y prevención de los episodios de hipotensión. En ocasiones puede ser necesario un tratamiento farmacológico.
Se debe aconsejar al paciente que evite los cambios posturales bruscos con la cabeza levantada y otros factores que puedan precipitar la hipotensión, como el esfuerzo durante la micción.
Si el diagnóstico no está claro, a menudo es necesario derivar al paciente a un centro especializado.
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