Esto depende en gran medida de la etiología subyacente de la enfermedad. Por lo tanto, establecer la causa es de vital importancia para el tratamiento.
Antes de que los profesionales sanitarios comiencen a tratar la incontinencia fecal, las personas con las siguientes afecciones deben tratarlas con intervenciones específicas:
- carga fecal
- causas de diarrea potencialmente tratables (por ejemplo, enfermedades infecciosas, inflamatorias intestinales y síndrome del intestino irritable)
- signos de alerta de cáncer gastrointestinal inferior
- prolapso rectal o hemorroides de tercer grado
- lesión aguda del esfínter anal, incluidos traumatismos obstétricos y de otro tipo
- prolapso discal agudo/síndrome de cauda equina
La(s) intervención(es) de tratamiento específica(s) ofrecida(s) debe(n) basarse en los resultados de la evaluación inicial, adaptarse a las circunstancias individuales y ajustarse a la respuesta y preferencia personales (1):
- dieta, hábitos intestinales y acceso al inodoro
- medicación
- los profesionales sanitarios deben considerar alternativas a los fármacos que puedan contribuir a la incontinencia fecal
- debe ofrecerse medicación antidiarreica a las personas con incontinencia fecal asociada a deposiciones blandas una vez que se hayan excluido otras causas (como el uso excesivo de laxantes, factores dietéticos y otros medicamentos)
- la medicación antidiarreica debe prescribirse de acuerdo con el resumen de las características del producto
- el medicamento antidiarreico de primera elección debe ser el clorhidrato de loperamida. Puede utilizarse a largo plazo en dosis de 0,5 mg a 16 mg al día, según sea necesario. Para dosis inferiores a 2 mg, debe considerarse el uso de loperamida clorhidrato en jarabe. A las personas que no toleren el clorhidrato de loperamida se les debe ofrecer fosfato de codeína o cofenotropina.
- no debe ofrecerse hidrocloruro de loperamida a personas con:
- heces duras o poco frecuentes
- diarrea aguda sin causa diagnosticada
- un brote agudo de colitis ulcerosa
- cuando se utilice hidrocloruro de loperamida
- debe introducirse a una dosis muy baja y la dosis debe aumentarse, según lo tolere la persona, hasta alcanzar la consistencia deseada de las heces
- debe tomarse cuando la persona lo necesite
- debe informarse a la persona de que puede aumentar o disminuir la dosis y/o la frecuencia en función de la consistencia de las heces y de su estilo de vida
- las personas que sigan sufriendo episodios de incontinencia fecal tras el tratamiento inicial deben ser sometidas a un tratamiento especializado. Esto puede implicar la derivación a un servicio especializado en continencia, que puede incluir:
- entrenamiento de los músculos del suelo pélvico
- reentrenamiento intestinal
- evaluación y tratamiento dietético especializado
- biorretroalimentación
- estimulación eléctrica
- irrigación rectal
- tratamiento quirúrgico
- las personas con un defecto completo del esfínter anal externo de 90º o más (con o sin un defecto asociado del esfínter anal interno) y una incontinencia fecal que limita la calidad de vida deben plantearse la reparación del esfínter
- las personas con defectos del esfínter interno, neuropatía del nervio pudendo, defectos múltiples, atrofia del esfínter externo, deposiciones blandas o síndrome del intestino irritable deben ser informadas de que es probable que estos factores disminuyan la eficacia de la reparación del esfínter anal
- las personas que se someten a una reparación del esfínter anal no deben recibir de forma rutinaria un estoma temporal disfuncional.
Referencia:
- NICE (2007).Faecal incontinence: the management of faecal incontinence in adults.