Los quistes de Baker pueden presentarse como una afección crónica o como una afección aguda en la que el quiste se rompe.
En los niños suele ser un hallazgo incidental y los padres suelen notar una masa indolora en la zona poplítea (1). Los adultos pueden quejarse de hinchazón, masa, dolor o rigidez que empeora con la actividad (2). En un estudio en el que se observó a 82 pacientes con quistes tratados quirúrgicamente
- la principal preocupación en 68 pacientes era una masa
- dolor local en 46 pacientes
- rigidez en 13 pacientes
- hinchazón en 9 pacientes (2).
La inflamación observada en el quiste poplíteo
- está presente en la cara medial de la zona poplítea
- es redonda, lisa, fluctuante, transiluminada y a menudo sensible
- aumenta de tensión al extender la rodilla y se suaviza o desaparece al flexionar la rodilla a 45 grados - (signo de Foucher) (2)
Referencia:
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