La enfermedad articular es característicamente no erosiva y puede afectar tanto a las articulaciones grandes como a las pequeñas. Las articulaciones interfalángicas proximales, de la rodilla, de la muñeca y metacarpofalángicas son las más afectadas. Puede haber deformidades como dedos en cuello de cisne y desviación cubital de la muñeca, pero a diferencia de las de la artritis reumatoide, no revelan erosiones óseas y son corregibles. El líquido sinovial suele ser claro: sin cristales ni indicios de infección.
La necrosis aséptica de la cabeza femoral, la rodilla o la muñeca puede producirse en una fase tardía de la enfermedad en pacientes tratados con esteroides.
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