Al igual que con otras infecciones mamarias, el tratamiento debe consistir en antibióticos adecuados, y los abscesos deben aspirarse o incidirse y drenarse.
Cualquier inflamación o masa residual tras el tratamiento debe investigarse más a fondo para excluir una neoplasia.
La infección mamaria recurrente o los abscesos requieren cirugía para extirpar el conducto enfermo.
Una complicación frecuente del drenaje de un absceso periareolar es la formación de una fístula del conducto mamario.
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