A pesar de las considerables mejoras en el tratamiento de los abscesos cerebrales, esta enfermedad sigue teniendo una elevada mortalidad (20-30%). Las cifras de mortalidad más elevadas son las secundarias al absceso broncogénico -70%- y al traumatismo craneoencefálico -10-20%-.
El pronóstico depende en gran medida de la rapidez e idoneidad del tratamiento: si se instaura antes de la aparición del coma, la mortalidad se reduce del 50% al 10%.
A largo plazo, el absceso cerebral presenta una morbilidad considerable, con deterioro neurológico en el 50% de los casos. Los problemas más frecuentes son hemiparesia, disfasia y trastornos del campo visual. Las convulsiones afectan al menos al 30% de los supervivientes de abscesos cerebrales, y tiene cierto sentido la administración de antiepilépticos profilácticos, como la fenitoína.
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