Las cefaleas víricas leves son frecuentes en la práctica general. A menudo hay pocas pistas sobre el origen vírico de la cefalea, salvo que se ha presentado un pequeño grupo de casos similares o que el médico de cabecera ha experimentado síntomas parecidos.
Normalmente, una cefalea vírica leve
El tratamiento consiste principalmente en tranquilizar al paciente. En las formas más graves, puede prescribirse reposo en cama para mantener la cabeza inmóvil y codeína o dihidrocodeína. El diagnóstico se basa en la sospecha clínica y en la exclusión de causas más siniestras de cefalea, principalmente mediante una buena anamnesis. La forma más grave es la meningitis vírica, como la meningitis por parotiditis, que puede requerir ingreso hospitalario.
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