El pronóstico de la HIC depende del tamaño y la localización del hematoma, el nivel de consciencia al ingreso y la evolución de los signos neurológicos.
- Tamaño: los hematomas de más de 2 cm de diámetro suelen asociarse a un aumento de la presión intracraneal. Los de más de 4 cm suelen ser mortales a menos que se descompriman.
- localización - las localizaciones pontinas, talámicas y ganglionares laterales presentan las tasas de mortalidad más elevadas.
- nivel de conciencia al ingreso - el determinante clínico más importante de la supervivencia. El estupor o el coma sugieren una afectación directa del sistema activador reticular bilateral en el tegmento del tronco encefálico, o un aumento de la presión intracraneal con desplazamiento del contenido cerebral.
- Progresión: un aumento de los signos neurológicos focales o una disminución del estado de alerta tienen un mal pronóstico.
La recurrencia de la HIC depende de la etiología: la angiopatía amiloide y las malformaciones arteriovenosas suelen recurrir.