Tras una quemadura grave, aumentan las necesidades de proteínas en la dieta. Esto puede ser difícil de cumplir con una ingesta energética satisfactoria en quemaduras extensas. La proporción entre proteínas y calorías debe aumentar de 1:300 a 1:150 aproximadamente.
Para los pacientes que pueden tolerar una dieta oral, ésta puede administrarse en forma de dieta rica en huevos y productos lácteos. Las formas de complementar la carga proteica incluyen mezclar leche desnatada con leche normal y preparar helados, huevos y batidos de glucosa.
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