Los datos epidemiológicos y los experimentos con animales apuntan a la placenta como origen de la preeclampsia. Una mala perfusión placentaria provoca la liberación de productos sanguíneos de la unidad fetoplacentaria, lo que da lugar a una disfunción de las células endoteliales. Se produce un aumento de la sensibilidad a los agentes presores circulantes normales, un aumento de la coagulación intracelular y un aumento de la pérdida de líquido del compartimento intravascular.
Las pruebas del papel de la placenta en la preeclampsia provienen de muchas observaciones, entre las que se incluyen:
- la preeclampsia es una enfermedad exclusiva del embarazo - a los 6 meses después del parto, los cambios fisiopatológicos observados han vuelto a la normalidad
- la preeclampsia puede aparecer en embarazos abdominales, por lo que es poco probable que el útero esté implicado
- la preeclampsia puede producirse con una mola hidatiforme - por lo que no siempre es necesario un feto
Las causas de una placenta poco perfundida incluyen:
- implantación anormal del trofoblasto y aterosis de la arteria espiral
- enfermedad microvascular - hipertensión preexistente, diabetes, enfermedades vasculares del colágeno
- placenta de gran tamaño - embarazo múltiple, mola hidatiforme, feto con placenta hidrópica
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