La epiesclerótica es la fina capa de tejido vascular que recubre la esclerótica. La inflamación de esta capa se denomina epiescleritis. Puede ir acompañada de escleritis.
Se trata de una afección relativamente frecuente que es unilateral en dos tercios de los casos. Afecta por igual a ambos sexos. Es benigna y autolimitada. El 30% se asocia a enfermedades generales como la enfermedad del colágeno, el herpes zóster, la gota y la sífilis. Es un buen indicador de la actividad de la enfermedad en la enfermedad inflamatoria intestinal, donde es una de las manifestaciones oculares más frecuentes (1).
Existen dos tipos: simple y nodular. La epiescleritis simple se caracteriza por un inicio muy agudo. Es leve, sectorial, recurrente y se resuelve rápidamente. La forma nodular se presenta como una zona de inflamación móvil localizada y elevada cerca del limbo. Los nódulos pueden ser únicos o múltiples y suelen ser recurrentes.
Los síntomas pueden incluir irritación leve y fotofobia, así como ojo rojo (2).
Alrededor del 15% de los pacientes desarrollan una iritis leve. La epiescleritis se distingue de la conjuntivitis por la respuesta localizada y la ausencia de afectación de la conjuntiva palpebral. Una gota de fenilefrina al 2,5% produce un blanqueamiento visible de los vasos epiesclerales en la epiescleritis, pero no en la escleritis. El examen con microscopio de lámpara de hendidura también es útil para el diagnóstico (3).
Referencias:
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