suelen presentarse en la primera infancia (cuando el niño tiene uno o dos años), cuando los padres notan un bulto. Pueden presentarse más tarde en la vida porque pueden tardar en crecer lo suficiente como para ser detectados.
Los quistes suelen aparecer en la línea media del cuero cabelludo, el cuello y la mandíbula inferior (a menudo en el borde externo de la ceja, donde la apófisis facial maxilar se fusiona con la apófisis frontal - dermoide angular externo).
La lesión suele tener aproximadamente 1 cm de diámetro. Es lisa, esférica y no está adherida a la piel (esto la diferencia de un quiste epidérmico). Suele ser duro.
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