La infección materna por el virus de la rubéola en el primer trimestre sigue siendo una causa importante de catarata congénita.
El virus infeccioso puede cultivarse en el cristalino hasta tres años y presumiblemente es responsable de la progresión de la opacidad. La catarata suele ser bilateral, pero puede ser unilateral. Puede ser de tipo lamelar o madura. En general, la infección al principio del embarazo se asocia a una catarata peor que al final del embarazo.
Otras características oculares incluyen nistagmo, estrabismo, microoftalmos, opacidades corneales, retinopatía y glaucoma. La pupila suele ser pequeña y difícil de dilatar.
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