Tanto la ciprofloxacina como la ofloxacina están autorizadas para las infecciones oculares externas. Ambos tienen una actividad bactericida de amplio espectro, sobre todo frente a los gramnegativos, pero el primero es más eficaz frente a Pseudomonas aeruginosa y el segundo frente a Chlamydia trachomatis.
Los ensayos controlados aleatorizados han demostrado que ambos fármacos son tan eficaces clínicamente como los preparados tópicos tradicionales, como el cloranfenicol(1,2).
Sin embargo, ambos fármacos tienen una serie de efectos adversos, como la irritación ocular, y son caros en comparación con el cloranfenicol.
Su uso debe reservarse para infecciones superficiales con resistencia conocida a los fármacos tradicionales de primera línea y sensibilidad a la fluoroquinolona.
Referencias:
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