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Fiebre del heno durante el embarazo

Traducido del inglés. Mostrar original.

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Equipo de redacción

La rinitis afecta al menos al 20% de los embarazos y puede comenzar durante cualquier semana gestacional. Aunque la patogenia es multifactorial, es probable que la congestión vascular nasal y la hormona de crecimiento placentaria estén implicadas (1):

  • la rinitis del embarazo se ha definido como síntomas nasales durante el embarazo que duran seis o más semanas sin otros signos de infección de las vías respiratorias y sin causa alérgica conocida, y que desaparecen por completo en las dos semanas siguientes al parto
    • las pacientes se quejan de congestión nasal persistente, acompañada de secreciones nasales claras acuosas o viscosas
    • la congestión nasal puede provocar respiración bucal por la noche y reducir la calidad del sueño

La rinitis preexistente puede empeorar, mejorar o permanecer sin cambios durante el embarazo.

  • la rinitis alérgica suele ser preexistente, aunque puede desarrollarse o reconocerse por primera vez durante el embarazo

El tratamiento de la fiebre del heno durante el embarazo puede incluir

  • evitar los alérgenos

  • tratamiento farmacológico
    • el tratamiento farmacológico de la rinitis alérgica en el embarazo está indicado si los síntomas son persistentes
      • la administración tópica debe considerarse de primera línea, ya que la absorción sistémica es mínima (1)
    • el riesgo de malformaciones inducidas por fármacos es mayor durante el primer trimestre, por lo que, si es posible, debe evitarse el tratamiento farmacológico durante este periodo
    • si la evitación de alérgenos no es eficaz y/o el paciente no puede tolerar sus síntomas, entonces
      • el tratamiento tópico con beclometasona intranasal y/o cromoglicato sódico (intranasal o intraocular) debe considerarse de primera línea, ya que la administración tópica minimiza la absorción sistémica (1,2,3)

        • los datos sobre el uso de corticosteroides intranasales durante el embarazo son limitados; sin embargo, los datos sobre corticosteroides sistémicos utilizados en mujeres embarazadas para otras indicaciones (por ejemplo, asma) sugieren que los riesgos son pequeños
        • los corticosteroides orales no se han asociado a un aumento de la tasa de malformaciones (2)
          • no obstante, las dosis elevadas (más de 50 mg diarios de prednisolona oral) utilizadas durante periodos prolongados se han asociado a un retraso del crecimiento fetal en un pequeño número de pacientes (2)

      • uso de descongestionantes orales durante el embarazo
        • en general, no se recomienda debido a la existencia de datos contradictorios, el riesgo de congestión de rebote y una posible asociación con toxicidad fetal
          • existe un pequeño número de informes de casos que indican que la pseudoefedrina puede estar asociada a un mayor riesgo de gastrosquisis (fisura congénita de la pared abdominal). No obstante, cabe señalar que dos estudios observacionales en los que participaron mujeres que habían estado expuestas a la pseudoefedrina no hallaron un aumento de los resultados adversos en comparación con los controles (2)
          • La pseudoefedrina presenta un riesgo teórico de vasoconstricción que afecta a la perfusión placentaria y fetal, por lo que debe evitarse en el primer trimestre y en mujeres con hipertensión. Otras malformaciones notificadas incluyen defectos de reducción de las extremidades
          • No se sabe si los preparados descongestionantes orales o intranasales atraviesan la placenta; no obstante, la mayoría de los expertos aconsejan evitar todos los descongestionantes durante el embarazo (2).

      • antihistamínico tópico - preferible a los antihistamínicos orales debido a su rápido inicio de acción y mínima absorción sistémica

      • si se requiere un antihistamínico oral, consultar la guía BNF: los antihistamínicos orales son un tratamiento de segunda línea (1,2)
        • la mayoría de las mujeres embarazadas que requieren antihistamínicos orales son tratadas de forma más adecuada con un agente de segunda generación (cetirizina, levocetirizina o loratadina) porque estos fármacos son menos sedantes y tienen menos efectos secundarios colinérgicos en comparación con los agentes de primera generación como la clorfenamina (1)
  • inmunoterapia, pero sólo tras consultar a un experto
    • la inmunoterapia alergeno-específica puede continuarse con precaución durante el embarazo en pacientes que ya se estén beneficiando de ella
    • Sin embargo, hay que tener en cuenta que el riesgo de anafilaxia es mayor en las mujeres embarazadas, por lo que no se debe iniciar la inmunoterapia ni aumentar las dosis, a menos que exista una necesidad clínica grave.

Notas:

  • deben evitarse los descongestionantes y los antagonistas de los receptores de leucotrienos, aunque estos últimos pueden seguir usándose para la rinitis alérgica en el embarazo si ya se están usando para el asma durante el embarazo (1)
  • opciones como la azelastina intranasal, el bromuro de ipratropio intranasal, el montelukast, los corticosteroides orales y los descongestionantes deben tener su riesgo:beneficio evaluado caso por caso dada la falta de datos de seguridad publicados en relación con su uso en la rinitis alérgica durante el embarazo (1)

Referencia:

  1. Servicio de Farmacia Especializada del NHS (julio 2020). ¿Qué medicamentos pueden utilizarse para tratar la rinitis alérgica durante el embarazo?
  2. Boletín MeReC (2004); 14(5):17-20.
  3. Resúmenes de conocimientos clínicos, respuestas clínicas prácticas seguras. Rinitis alérgica

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