se ha comprobado que el riesgo absoluto de que un niño desarrolle púrpura trombocitopénica idiopática (PTI) en las 6 semanas siguientes a la primera vacuna triple vírica es de 1 en 22.300 casos, siendo 2/3 de los casos atribuibles a la triple vírica (1)
existe un riesgo mucho mayor de desarrollar PTI tras una infección por los virus del sarampión "salvaje" (frecuente), la rubéola (aproximadamente 1 de cada 3.000 casos) o las paperas (poco frecuente) (1)
el CSM ha recomendado
si un niño desarrolla PTI en las 6 semanas siguientes a la primera dosis de la vacuna triple vírica (o de las vacunas que la componen), debe realizarse una evaluación del estado serológico antes de la segunda dosis. Si los resultados de las pruebas serológicas sugieren que el niño no está totalmente inmunizado contra el sarampión, la parotiditis y la rubéola, se recomienda administrar una segunda dosis de triple vírica, ya que los pacientes no protegidos por la triple vírica corren el riesgo de padecer PTI por infección natural, además de otras complicaciones del sarampión, la parotiditis y la rubéola.
Notas:
se utilizó una cohorte retrospectiva de niños vacunados para determinar las tasas de incidencia en niños de 1 a 18 años, de 12 a 23 meses y de 12 a 15 meses
en este estudio los resultados revelaron que la vacuna causaba 1 caso de púrpura trombocitopénica inmune por cada 40.000 dosis
los autores del estudio concluyeron que la triple vírica administrada en el segundo año de vida se asocia a un mayor riesgo de púrpura trombocitopénica inmunitaria
Referencia:
(1) CSM/MCA (2001). Problemas actuales en farmacovigilancia, 27, 15.
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