La historia psiquiátrica tiene muchas similitudes con la historia clínica. Es un recuento conciso de los problemas psiquiátricos que han llevado a la presentación actual de una manera que da sentido a la información. Al principio, el paciente tiene tiempo para hablar y el médico sólo hace preguntas abiertas. A medida que se vayan generando hipótesis, el clínico empezará a hacer preguntas directivas para poner a prueba los posibles diagnósticos.
Es importante conseguir una descripción clara tanto de la queja actual como de la evolución temporal de los trastornos psiquiátricos que han precedido a la consulta. Una historia corroborada por un amigo, un pariente u otro profesional puede ser útil. Mostrar empatía hacia el paciente mejorará la calidad de la historia.
Los signos psiquiátricos se obtienen a partir del examen del estado mental, que representa una "instantánea" del estado mental del paciente.
Las pruebas cognitivas, a menudo mediante el miniexamen del estado mental, pueden aportar pruebas de deterioro de la cognición.
Por último, pueden solicitarse investigaciones para comprobar algunos diagnósticos psiquiátricos.
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