Los síntomas del síndrome de Tourette suelen comenzar en torno a los 7 años de edad y son más pronunciados a los 10-11 años (1).
El ST se caracteriza por la presencia crónica de al menos dos tics motores y un tic vocal desde la infancia (2).
Los pacientes pueden dar una historia de impulsos premonitorios previos o sensaciones incómodas que suelen localizarse en el lugar del tic. Estas sensaciones suelen aliviarse con la aparición de los tics (4)
Los pacientes tienen la capacidad de suprimir sus tics durante un corto período de tiempo (de segundos a minutos) Esto se observa particularmente en lugares socialmente sensibles como la escuela o la iglesia, donde los niños tienden a suprimir los tics (a veces inconscientemente) (2,4)
La ansiedad y el estrés pueden exacerbar los tics, mientras que las tareas mentales y físicas que requieren concentración (deportes y música) tienden a aliviarlos (2)
Referencias:
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