Los padres deben acordar el procedimiento, decírselo al niño y tener algún plan de contingencia para cuando el niño grite. A continuación se ofrece un esquema básico de una posible política de gestión:
- el progenitor tranquiliza brevemente al niño, sin dejar que se duerma, y sale de la habitación. El progenitor sale de la habitación y le dice al niño que volverá en 5 minutos. La puerta se deja entreabierta.
- El progenitor sólo regresa antes de que transcurran los 5 minutos si el niño se levanta de la cama. Si lo hace, vuelve y le dice al niño que cerrará la puerta si repite el comportamiento.
- el progenitor vuelve después del intervalo de 5 minutos, acomoda al niño y sale de la habitación antes de que el niño se haya dormido.
- el procedimiento se repite a intervalos que aumentan de 5 en 5 minutos, es decir, 10 minutos, 15 minutos, etc. Este procedimiento se repite hasta que los padres regresan y encuentran al niño dormido.
- después de la primera noche, los intervalos de tiempo se aumentan en 5 minutos cada noche, es decir, para la segunda noche, 10 minutos para que el primero se calme, luego 15, luego 20.
Con este método, el niño suele dormirse bien al final de la semana.