El curso de la esquizofrenia está influido por factores ambientales y, por esta razón, una buena familia puede ser terapéutica; sin embargo, puede haber incomprensión de los síntomas crónicos, especialmente de los síntomas negativos, por ejemplo, pobreza de palabra, aplanamiento del afecto, falta de motivación y de capacidad de respuesta emocional.
La incomprensión puede provocar tensiones en la familia, lo que aumenta el riesgo de recaída. La tensión se reducirá si se informa a la familia sobre la enfermedad y se le proporciona apoyo continuo y consejos prácticos. Los pacientes de las llamadas "familias con alta expresión de emociones" tienen un mayor riesgo de recaída. En estas familias, un pariente suele ser muy crítico con el paciente y, sin embargo, pasa mucho tiempo con él. A estos familiares se les debe aconsejar y enseñar a ser más constructivos, y el contacto diario con ellos puede reducirse, por ejemplo, acudiendo a un centro de día.
El médico, la enfermera comunitaria, el trabajador social y los grupos de autoayuda de los familiares, como la National Schizophrenia Fellowship, desempeñan un papel importante.
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