Embarazo y lactancia: existen datos limitados que sugieren que si una mujer se queda embarazada mientras toma una tiopurina para la enfermedad inflamatoria intestinal, la continuación del tratamiento no aumenta los riesgos de complicaciones en el embarazo ni de anomalías congénitas. Sin embargo, parece prudente no empezar a tomar una tiopurina si una mujer planea quedarse o está embarazada, ni tampoco dar el pecho mientras se esté tomando una tiopurina (1).
Existen pruebas que sugieren un mayor riesgo de anomalías congénitas y aborto espontáneo si el padre ha recibido tratamiento con una tiopurina en los 3 meses anteriores a la concepción del bebé (2).
Referencia:
Drugs and Therapeutics Bulletin (2002), 39 (12), 91-95.
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