Puede producirse un aumento de la presión arterial media durante los primeros cinco días después del parto. Este aumento es exagerado en las mujeres hipertensas.
Las mujeres pueden presentar síntomas como dolor de cabeza y molestias epigástricas. El tratamiento debe iniciarse en caso de hipertensión grave. Los fármacos de primera línea son los antagonistas del calcio y los betabloqueantes.
Por lo general, el tratamiento antihipertensivo para la hipertensión inducida por el embarazo puede interrumpirse por completo a las 4 semanas del parto. Tras la interrupción del tratamiento, debe medirse la tensión arterial para asegurarse de que se ha mantenido en un nivel normal.
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