Las caderas cementadas son las opciones más populares entre la gente mayor: la cadera de Charnley lleva 25 años utilizándose y es el estándar por el que se juzgan las demás caderas.
El cemento en sí es un agente polimerizante de rejuntado, cuya reacción de polimerización genera calor que mata de 1 a 5 mm de hueso. Durante la reacción se liberan monómeros y se ha informado de que la auscultación pulmonar durante la cementación de una cadera revela crepitaciones secundarias a este fenómeno. Otros riesgos son los émbolos y el infarto de miocardio.
La principal ventaja de este tipo de prótesis de cadera es que puede utilizarse para soportar peso a los pocos días de la operación, con lo que se reducen los factores de riesgo asociados al reposo en cama en los ancianos. También es la mejor opción para alguien en quien es dudoso que el concepto de evitar el soporte de peso tenga un fuerte impacto.
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