El tratamiento de la CAD está dirigido a optimizar el estado de volumen, la hiperglucemia y la cetoacidosis, las anomalías electrolíticas y los posibles factores precipitantes:
- administración de líquidos y déficit 
- es la intervención terapéutica inicial más importante, cuyo objetivo es 
- restablecer el volumen circulatorio
 - la eliminación de cetonas
 - corrección del desequilibrio electrolítico
 
 - se recomienda cloruro sódico al 0,9% como fluido de reposición inicial
 - puede ser necesario modificar la velocidad y el volumen de la reposición de líquidos en pacientes con insuficiencia renal o cardiaca, ancianos y adolescentes.
 
 - tratamiento con insulina
- se recomienda una infusión intravenosa de insulina a velocidad fija (FRIII) calculada en 0,1 unidades⁄ kg
 - si no se alcanzan los siguientes objetivos metabólicos, debe aumentarse la tasa de FRIII 
- reducción de la concentración de cetonas en sangre en 0,5mmol/L/hora
 - aumentar el bicarbonato venoso en 3,0mmol/L/hora
 - reducir la glucemia capilar en 3,0mmol/L/hora
 - mantener el potasio entre 4,0 y 5,5 mmol/L
 
 
 - infusión intravenosa de glucosa 
- se recomienda la introducción de glucosa al 10% cuando la glucemia descienda por debajo de 14 mmol ⁄ l para evitar la hipoglucemia, mientras continúa la infusión intravenosa de insulina a velocidad fija para suprimir la cetogénesis.
 - continuar simultáneamente con la solución de cloruro sódico al 0,9% para corregir el volumen circulatorio si no se ha corregido el déficit de líquidos.
 - la glucosa no debe suspenderse hasta que el paciente coma y beba con normalidad
 
 - tratamiento con potasio, bicarbonato y fosfato 
- si el potasio sérico es 
- <3,3 mEq/L - suspender la insulina y administrar potasio por vía intravenosa
 - 3,3 y 5,3 mmol/L - se pueden añadir pequeñas cantidades de potasio al líquido intravenoso
 - >5,3 mmol/L. - no es necesaria la reposición
 
 - un tratamiento adecuado con líquidos e insulina resolverá la acidosis en la cetoacidosis diabética y no está indicado el uso de bicarbonato
 - no hay pruebas de los beneficios de la reposición de fosfato y no se recomienda la medición o reposición rutinaria de fosfato.
 
 - se debe educar a los pacientes sobre la causa precipitante y los síntomas de alerta precoz (1,2)
 
El paciente debe pasar a un régimen subcutáneo adecuado cuando esté bioquímicamente estable (cetonas en sangre inferiores a 0,6 mmol/L, pH superior a 7,3) y el paciente esté preparado y pueda comer (1).
Referencia: