Alrededor del 75% de los casos son adenocarcinomas puros. Ocasionalmente, hay elementos escamosos. Si éstos son benignos, el tumor puede denominarse adenocantoma; si son malignos, carcinoma adenoescamoso. Este último tiene peor pronóstico. En raras ocasiones, el cáncer de endometrio puede ser un leiomiosarcoma o un tumor mesodérmico mixto.
La diseminación suele ser por extensión directa a las estructuras adyacentes. El tumor suele invadir el miometrio, pero también puede extenderse hacia el cuello uterino. Con menor frecuencia, puede afectar a la vagina, el recto o la vejiga.
Las células exfoliadas pueden atravesar las trompas de Falopio y depositarse en los ovarios, el peritoneo parietal o el epiplón. A menudo, son estos crecimientos secundarios los que provocan la muerte.
La diseminación linfática es más tardía y menos frecuente que en el cáncer de cuello uterino. Se extiende principalmente a los ganglios linfáticos pélvicos y, posteriormente, a los ganglios paraaórticos.
La diseminación hematógena es rara. Las metástasis son más frecuentes en los pulmones y el hígado.
Referencias:
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