La infección por VIH predispone al desarrollo de ciertas neoplasias, cuya evolución clínica puede diferir de las observadas en individuos no infectados.
Se asocia a tres neoplasias malignas definitorias del SIDA: el sarcoma de Kaposi, el linfoma no Hodgkin de células B de alto grado y el cáncer invasivo de cuello uterino, así como a varias otras neoplasias malignas.
El sarcoma de Kaposi y el linfoma no Hodgkin son ejemplos de ello, ya que en el sida el curso de estos tumores tiende a ser más agresivo y estos pacientes sólo deberían tratarse en un centro con experiencia en el tratamiento de estas enfermedades (1).
Las Directrices Nacionales del Reino Unido para las Pruebas del VIH 2008 han recomendado que el cribado del VIH se realice en todos los pacientes con linfoma, ya que tanto los linfomas Hodgkin como los no Hodgkin están relacionados con la infección por VIH (2).
Referencias:
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