La gota se considera una enfermedad progresiva que, a la larga, acabará en gota tofácea grave (con daño articular y deterioro funcional significativo) en ausencia de un tratamiento eficaz a largo plazo (1).
La enfermedad suele dividirse en las siguientes fases
- hiperuricemia asintomática inicial
- ataques agudos de gota recurrentes intercalados con periodos intercríticos asintomáticos
- gota tofácea crónica sintomática (con hiperuricemia tratada inadecuadamente) (1)
estado NICE (2):
- sospechar gota en personas que presenten cualquiera de los siguientes síntomas
- aparición rápida (a menudo durante la noche) de dolor intenso junto con enrojecimiento e hinchazón, en 1 o ambas primeras articulaciones metatarsofalángicas (MTP)
- tofos
- considerar la gota en personas que presentan dolor intenso de aparición rápida (a menudo de un día para otro), enrojecimiento o hinchazón en articulaciones distintas de las primeras articulaciones MTP (por ejemplo, mediopié, tobillo, rodilla, mano, muñeca, codo)
- evaluar la posibilidad de artritis séptica, depósito de cristales de pirofosfato cálcico y artritis inflamatoria en personas que presentan una articulación dolorosa, enrojecida e hinchada
- si se sospecha de artritis séptica, remitir inmediatamente al paciente según la vía de atención local
- considerar la artritis gotosa crónica en personas que presenten dolor articular inflamatorio crónico
- en personas con sospecha de gota, realizar una anamnesis detallada y una exploración física para evaluar los síntomas y signos
Notas:
- Debe tenerse en cuenta que no se trata de fases discretas, sino de un continuo (1).
Referencia:
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