El tratamiento inmunosupresor debe iniciarse inmediatamente después del trasplante. El régimen más popular es prescribir ciclosporina A sola, o junto con prednisolona y/o azatioprina, es decir, mono, doble o triple terapia.
El rechazo del injerto debe controlarse mediante
- creatinina sérica - un aumento de los niveles durante los primeros días o semanas tras el trasplante puede deberse al rechazo o a otras causas, por ejemplo, toxicidad de la ciclosporina
- biopsia renal
El tratamiento del rechazo agudo consiste en
- corticoides intravenosos a dosis elevadas
- inmunoglobulina antitimocítica
El micofenolato mefetilo puede tener un papel en la inmunosupresión de mantenimiento y en el tratamiento del rechazo agudo.
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