se diseñó un análisis de la tercera Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (NHANES III) para investigar el impacto de la ingesta de calcio en la dieta sobre los cambios relacionados con la edad en la presión arterial y la presión del pulso
se utilizaron datos de 17.030 participantes de 20 años o más (edad media, 48,8+/-0,2 años; 47% hombres, 42% caucásicos y 28% afroamericanos)
Otros datos: demografía, índice de masa corporal, presión arterial y consumo diario de calcio en la dieta.
análisis
tras ajustar por variables demográficas y antropomórficas, así como por el consumo total de energía, una mayor ingesta de calcio se asoció a menores tasas de aumento de la presión arterial sistólica y la presión del pulso relacionadas con la edad (p<0,001)
los autores del estudio concluyeron
si la ingesta de calcio de la población general aumentara por encima de los 1.200 mg, podría disminuir la incidencia de hipertensión sistólica aislada en los ancianos
una revisión sistemática concluyó que:
"...Un aumento de la ingesta de calcio reduce ligeramente tanto la presión arterial sistólica como la diastólica en personas normotensas, especialmente en jóvenes, lo que sugiere un papel en la prevención de la hipertensión. El efecto en múltiples subgrupos preespecificados y un posible efecto dosis-respuesta refuerzan esta conclusión. Incluso pequeñas reducciones de la presión arterial podrían tener importantes implicaciones sanitarias para reducir las enfermedades vasculares. Se prevé que una reducción de la presión arterial sistólica de 2 mmHg produzca una reducción de la mortalidad por ictus de aproximadamente un 10% y una reducción de la mortalidad por cardiopatía isquémica de aproximadamente un 7%.."
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