Se trata de una fractura de uno o ambos cóndilos tibiales. La causa más común es una caída desde una altura en la que la rodilla se fuerza en valgo o en varo. Con menor frecuencia, esta fractura puede producirse cuando la rodilla es golpeada violentamente desde un lado, como por ejemplo, al ser golpeada por el parachoques de un coche - la "fractura del parachoques".
Suele estar implicado un elemento de carga axial, ya que es más probable que una fuerza puramente en valgo o en varo provoque una lesión ligamentosa. El cóndilo tibial es aplastado por el cóndilo femoral opuesto. El cóndilo tibial lateral es el más comúnmente afectado.
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