En la lepra tuberculoide suele haber una única lesión cutánea claramente delimitada, con cicatrización central y atrofia. La lesión cutánea (placa) es eritematosa, glabra y anestésica.
Las zonas más afectadas son la cara, la región glútea y las extremidades.
La afectación nerviosa puede provocar un engrosamiento y una neuropatía localizada y asimétrica. Puede haber una atrofia muscular marcada. En la lepra tuberculoide las lesiones pueden curarse espontáneamente.
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