Diagnóstico y derivación al especialista

Diagnóstico de la demencia:

Evaluación inicial en entornos no especializados

En la evaluación inicial, realice una anamnesis (que incluya los síntomas cognitivos, conductuales y psicológicos, y el impacto de los síntomas en su vida diaria):

• de la persona con sospecha de demencia
• y si es posible, de alguien que conozca bien a la persona (como un familiar).

Si se sigue sospechando demencia tras la evaluación inicial

• realice un examen físico y
• análisis de sangre y orina apropiados para excluir causas reversibles de deterioro cognitivo y
• utilizar pruebas cognitivas

Cuando utilice pruebas cognitivas, utilice un instrumento cognitivo breve estructurado validado, como por ejemplo

• el evaluador cognitivo de 10 puntos (10-CS)
• la prueba de deterioro cognitivo de 6 ítems (6CIT)
• la prueba de detección de deterioro de la memoria de 6 ítems (MIS)
• la prueba Mini-Cog
• Su memoria (TYM)

Cuando tome el historial de alguien que conozca a la persona con sospecha de demencia, considere complementarlo con un instrumento estructurado como el Cuestionario del Informante sobre el Deterioro Cognitivo en Ancianos (IQCODE) o el Cuestionario de Actividades Funcionales (FAQ).

Remita a la persona a un servicio especializado en el diagnóstico de la demencia (como una clínica de la memoria o un servicio comunitario de psiquiatría de la vejez) si:

• se han investigado causas reversibles de deterioro cognitivo (incluyendo delirio, depresión, deterioro sensorial [como pérdida de visión o audición] o deterioro cognitivo por medicamentos asociados a una mayor carga anticolinérgica)
• y se sigue sospechando demencia

Si se sospecha que la persona padece demencia rápidamente progresiva, remítala a un servicio neurológico con acceso a pruebas (incluido el examen del líquido cefalorraquídeo) para la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob y afecciones similares.

Referencia:

• NICE (junio de 2018). Demencia: evaluación, manejo y apoyo para las personas que viven con demencia y sus cuidadores.