Pruebas diagnósticas para confirmar la muerte cerebral
Traducido del inglés. Mostrar original.
Existen siete pruebas diagnósticas clave para la confirmación de la muerte del tronco encefálico:
Pruebas oculares:
- pupilas fijas, dilatadas y no reactivas a la luz: prueba del mesencéfalo
- ausencia de reflejo oculocefálico: prueba del mesencéfalo y del puente de Varolio
- ausencia de reflejo corneal: prueba de la protuberancia
- Ausencia de reflejo vestíbulo-ocular: 20 ml de agua helada en cada meato auditivo externo: prueba del mesencéfalo y de la protuberancia.
Otras pruebas no oculares son
- ausencia de tos y reflejos traqueales: se comprueba pasando un catéter de succión por la tráquea; prueba de la protuberancia.
- ausencia de localización del dolor: por ejemplo, al pinchar con un alfiler en las fosas nasales anteriores; evitar el roce esternal por el riesgo de hematoma; prueba del mesencéfalo, la protuberancia y el bulbo raquídeo
- ausencia de impulso respiratorio: ausencia de movimientos respiratorios cuando se desconecta de un respirador durante un tiempo suficiente para que la PCO2 arterial supere los 50 mm Hg / 6,5 Kpa - umbral de estimulación de la respiración - prueba de la médula. Si el paciente tiene una insuficiencia respiratoria crónica preexistente, este criterio debe considerarse con cuidado.
Tenga en cuenta que:
- los reflejos medulares no son una prueba diagnóstica. Pueden estar presentes y alarmar a los familiares. Es esencial explicar que son una consecuencia natural de la hipoxia medular.
- La electrocardiografía no figura entre los criterios utilizados para diagnosticar la muerte cerebral. Sin embargo, los sujetos con muerte cerebral muestran con frecuencia anomalías en el ECG
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