La infección bacteriana de la córnea suele producirse tras una lesión, y las úlceras e infiltrados corneales deben considerarse inicialmente bacterianos, a menos que exista un alto índice de sospecha de otra etiología.
Entre los organismos causantes más comunes se encuentran (1,2)
La infección con ulceración se acompaña de síntomas como:
El edema corneal se observa como grisáceo u opacidad.
La queratitis grave se asocia a lesiones de gran diámetro, infiltración del estroma e inflamación de la cámara anterior (4).
La tinción con fluoresceína delimitará cualquier zona de ulceración.
El ojo debe inspeccionarse minuciosamente para detectar la presencia de un cuerpo extraño.
Referencia:
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