La mejor forma de tratar el síndrome de dolor regional complejo es empezar en cuanto se diagnostica. El tratamiento tardío se asocia a una peor recuperación. El tratamiento es multimodal e incluye
- Tratar la causa: si se identifica un estímulo desencadenante claro, lo mejor es tratarlo; por ejemplo, el atrapamiento nervioso en curso se trata mediante liberación quirúrgica.
Existe una variedad de tratamientos que se han utilizado en esta afección, entre los que se incluyen:
- Fisioterapia:
- compresas calientes
- estiramientos articulares
- ejercicios de fortalecimiento muscular
- elevación de las extremidades
- vendas o guantes de compresión
- regímenes de desensibilización
- tareas funcionales
- biorretroalimentación
- TENS
- farmacológicos:
- analgésicos, incluidos antiinflamatorios como esteroides y AINE
- antidepresivos como la amitriptilina
- gabapentina
- antagonistas del calcio
- simpaticolíticos, p. ej., prazosina
- psicológicos:
- tranquilización
- enseñanza de estrategias de afrontamiento
- quirúrgicas:
- aliviar cualquier estímulo inflamatorio en curso, p. ej., compresión de un nervio, fijación de una fractura
- simpatectomía quirúrgica
- estimuladores de la médula espinal
- extirpación de una estenosis de la vena subclavia, si existe
- como último recurso, amputación para pacientes con dolor intenso e intratable
Se dispone de pocos ensayos controlados aleatorizados de alta calidad que respalden la eficacia de las intervenciones más utilizadas (4)
- las revisiones de los ensayos aleatorizados disponibles sugieren que la fisioterapia y la terapia ocupacional (incluidas la imaginería motora graduada y la terapia de espejos), los bifosfonatos, la calcitonina, la ketamina intravenosa subanestésica, los eliminadores de radicales libres, los corticosteroides orales y la estimulación de la médula espinal pueden ser tratamientos eficaces (4)
Referencia: