La madre lactante con asma moderada a grave puede utilizar con bastante seguridad agonistas beta-adrenoceptores por vía inhalada; la absorción sistémica es mínima. Se sabe menos sobre la vía oral: la terbutalina y el salbutamol parecen seguros.
Del mismo modo, los corticosteroides inhalados no suponen una amenaza para el lactante, pero se postula que las dosis prolongadas de prednisolona oral superiores a 40 mg al día tras un ataque agudo son más peligrosas. La mejor política es la reducción rápida y gradual de la dosis o el cese de la lactancia.
Las teofilinas de liberación modificada se consideran seguras, pero otros preparados se han relacionado con casos de irritabilidad infantil.
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