las personas con trastorno antisocial de la personalidad presentan rasgos de impulsividad, alta emocionalidad negativa, baja conciencia y comportamientos asociados, como conducta irresponsable y explotadora, temeridad y engaño
se manifiestan en relaciones interpersonales inestables, desprecio por las consecuencias del propio comportamiento, incapacidad para aprender de la experiencia, egocentrismo y desprecio por los sentimientos de los demás
muchas personas con trastorno antisocial de la personalidad tienen una condena penal y son encarceladas o mueren prematuramente como consecuencia de su comportamiento imprudente
el comportamiento delictivo es fundamental en la definición del trastorno antisocial de la personalidad, aunque a menudo es la culminación de dificultades previas y de larga duración, como problemas socioeconómicos, educativos y familiares (1)
la prevalencia del trastorno antisocial de la personalidad entre los reclusos es ligeramente inferior al 50
en estudios epidemiológicos realizados en la comunidad se estima que sólo el 47% de las personas que cumplen los criterios del trastorno antisocial de la personalidad tienen antecedentes penales significativos
la prevalencia del trastorno antisocial de la personalidad en la población general es del 3% en los hombres y del 1% en las mujeres
psicopatía
en los países anglosajones, el término psicopatía se utiliza generalmente con el significado de trastorno persistente de la personalidad que se caracteriza por una conducta antisocial. Las personas de esta categoría no son enfermos mentales en el sentido de psicóticos o neuróticos, ni son necesariamente subnormales mentales, pero entran en conflicto con la sociedad debido a anomalías en su personalidad.
las personas con psicopatía y las que cumplen los criterios del trastorno peligroso y grave de la personalidad (DSPD) representan una pequeña proporción de las personas con trastorno antisocial de la personalidad. Sin embargo, presentan un riesgo muy elevado de dañar a otros y consumen una proporción significativa de los servicios para personas con trastorno antisocial de la personalidad (1)
estas personas pueden comportarse de forma considerada poco ética o delictiva por el resto de la sociedad. En consecuencia, el término psicópata puede utilizarse con connotaciones peyorativas, implicando aversión o censura. Por esta y otras razones (como la falta de una definición ampliamente consensuada), algunos psiquiatras evitan utilizar el término; otros sostienen que el término puede ser útil si se aplica con cuidado y sin prejuicios.
Notas:
Según los sistemas de diagnóstico actuales, el trastorno antisocial de la personalidad no se diagnostica formalmente antes de los 18 años, pero las características del trastorno pueden manifestarse antes como trastorno de conducta. Las personas con trastorno de conducta suelen mostrar un comportamiento antisocial, agresivo o desafiante, persistente y repetitivo, que incluye agresiones a personas o animales, destrucción de la propiedad, engaño, robo e incumplimiento grave de las normas.
estudios de neuroimagen han demostrado la implicación en esta condición patológica de áreas prefrontales, especialmente el córtex orbitofrontal, y la amígdala en individuos con trastorno antisocial de la personalidad
Los individuos también muestran alteraciones en las medidas del sistema 5-HT, como una respuesta hormonal embotada a los desafíos farmacológicos 5-HT y un número reducido de receptores 5-HT.
puede haber anomalías en el EEG en individuos con trastorno antisocial de la personalidad
un estudio reveló anomalías en el EEG en el 50% de los delincuentes violentos (2)
un estudio más reciente reveló un ritmo alfa atenuado y un aumento de las actividades theta y delta en el lóbulo frontal en delincuentes violentos con trastorno antisocial de la personalidad (3)
2. Bach-y-Rita G et al. Descontrol episódico: un estudio de 130 pacientes violentos. Am J Psychiat 1971;127:473-1478.
3. Reyes AC, Amado AA. Anomalías cualitativas y cuantitativas del EEG en delincuentes violentos con trastorno antisocial de la personalidad. Revista de Medicina Legal y Forense 2009; 16 (2): 59-63
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