La enfermedad meningocócica o enfermedad meningocócica invasiva (EMI) se presenta comúnmente como meningitis, septicemia o una combinación de ambas (1)
En sus fases iniciales, la enfermedad meningocócica puede presentar características clínicas inespecíficas como malestar, pirexia, vómitos, letargo y cefaleas (2).
Las siguientes características en un niño enfermo deben hacer pensar en el diagnóstico de EMI:
Es importante que los profesionales sanitarios no excluyan automáticamente la posibilidad de una infección meningocócica en un niño pequeño que presente síntomas inespecíficos como vómitos, pirexia, letargo, alimentación deficiente, erupción cutánea sin manchas, irritabilidad y, si aún es permeable, aumento de la tensión de la fontanela anterior en las primeras cuatro a seis horas de la enfermedad (2).
En la septicemia meningocócica, puede aparecer una erupción junto con signos de shock progresivo y dolor aislado en extremidades y/o articulaciones. Al principio, la erupción puede ser inespecífica, pero a medida que avanza la enfermedad puede volverse petequial o purpúrica y no blanquear.
NICE sugiere que, en un niño menor de 5 años, se debe considerar la enfermedad si
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