La fiebre, o pirexia, es estrictamente una elevación de la temperatura corporal por encima de un nivel normal, por ejemplo, la temperatura central media de 37 grados centígrados. En términos profanos, se ha asociado erróneamente a un síndrome clínico de temperatura elevada, escalofríos, escalofríos, piloerección, vasoconstricción y malestar general que suele ir seguido de vasodilatación y sudoración. Este último cuadro suele asociarse a enfermedades infecciosas.
Sin embargo, en este texto se toma la fiebre como su definición original. Esto permite clasificar la fiebre en una gama más amplia de afecciones, como las lesiones hipotalámicas anteriores y los golpes de calor.
La fiebre puede ser una adaptación evolutiva a la infección. Se asocia a un aumento de la producción de anticuerpos y a una disminución de la división bacteriana. También se observa en otros mamíferos, aves, reptiles y anfibios.
La fiebre excesiva, hiperpirexia, puede tener varias causas, desde el exceso de ejercicio hasta la exposición extrema al sol. La hiperpirexia maligna es un subtipo interesante. La insolación es una complicación peligrosa de la hiperpirexia.
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