Existen ciertos pasos generales que son relevantes para el tratamiento de todas las lesiones por inhalación. Sin embargo, se modifican según el agente lesivo y la localización principal del daño - véase el submenú.
Debe administrarse oxígeno humidificado a 8 litros por minuto. El paciente debe ser atendido con la cabecera de la cama elevada. Esto reducirá el edema pulmonar y aumentará el volumen corriente. Si el paciente tiene dificultades para ventilar debido a inconsciencia, quemaduras externas o inminente obstrucción de las vías respiratorias superiores, debe considerarse la intubación y ventilación. Sin embargo, hay que tener cuidado de que la presión del manguito endotraqueal no sea demasiado alta (>20 cmH20), ya que de lo contrario puede producirse traqueomalacia y estenosis traqueal. Si la ventilación se prolonga, la traqueotomía es una alternativa más segura. A menudo se deja que la PaCO2 aumente para minimizar el riesgo de barotrauma. La ventilación de alta frecuencia es una alternativa.
La fisioterapia y la aspiración regular mejoran la eliminación del esputo; el esputo debe enviarse regularmente para su cultivo. Los antibióticos deben administrarse sólo en presencia de infección; el uso profiláctico tiende a seleccionar organismos resistentes.
Deben administrarse fluidos adicionales cuando hay una quemadura cutánea concomitante.
Existe controversia sobre el uso de la profilaxis de la úlcera de estrés. El sucralfato y los antagonistas de los receptores H2 son los agentes estándar. No se cree que aumenten el riesgo de neumonía por aspiración.
Los broncodilatadores nebulizados o sistémicos pueden ser beneficiosos en presencia de broncoespasmo. La acetilcisteína en aerosol puede utilizarse como mucolítico.
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