Los lípidos son insolubles en agua, por lo que los compuestos naturales como el colesterol, los fosfolípidos y los triglicéridos necesitan asociarse a proteínas, formando lipoproteínas hidrosolubles, para poder ser transportados por el organismo. Estos complejos lipoproteicos varían en tamaño y densidad: cuanto más pequeño es el complejo, mayor es la densidad. Además, cuanto más denso es el complejo, mayor es la proporción de colesterol y triglicéridos.
Los complejos, en orden descendente de masa molecular, son:
- quilomicrones
- lipoproteína de muy baja densidad (VLDL)
- lipoproteína de baja densidad (LDL)
- lipoproteína de alta densidad (HDL)
- restos de quilomicrones
Los componentes proteínicos de las lipoproteínas son las apolipoproteínas o enzimas. Las apolipoproteínas son proteínas estructurales, que también pueden contener
- sitios de unión a receptores, o
- proteínas que modifican la unión de otras apolipoproteínas a los receptores.
Las lipoproteínas también pueden contener otras sustancias liposolubles, por ejemplo, vitaminas liposolubles. De este modo, éstas pueden distribuirse por el organismo a través de las lipoproteínas.
Las principales fuentes de lipoproteínas son el intestino y el hígado.
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