El cribado podría tener un efecto beneficioso sobre los resultados, ya que sólo la mitad de los pacientes que presentan cáncer de intestino grueso tienen posibilidades de curación; una detección y un tratamiento precoces garantizan un mejor pronóstico.
La sigmoidoscopia flexible y la colonoscopia requieren demasiado trabajo, pero la prueba de sangre oculta en heces es una técnica más prometedora. El método "Haemoccult", por ejemplo, utiliza resina de guayaco estabilizada en papel de filtro para detectar entre 2 y 5 ml de sangre en 24 horas. Sin embargo, pueden producirse falsos positivos si se ha comido carne en los últimos tres días, y el cumplimiento de las pruebas suele ser escaso.
La investigación se está centrando en medios más sensibles y específicos de indicar hemorragias ocultas, por ejemplo, inmunoensayos enzimáticos, y de aumentar el cumplimiento, por ejemplo, una almohadilla que se utiliza para limpiar el ano y luego se revela. Sin embargo, el debate sobre si el cribado es rentable continúa. El uso de métodos que detectan la pérdida de sangre oculta presupone que todos los tumores sangran, pero no es así.
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